Una misiуn segъn «las lнneas de choque militares..»

Asн que ahora los sajones no sуlo tenнan que responder de su subordinaciуn «con toda su libertad y sus propiedades», sino que el territorio del que fueron despojados se dividiу en seguida, y en presencia de numerosos obispos, entre los obispados de Colonia, Maguncia, Wьrzburg, Lьttich y Utrecht, asн como entre los monasterios de Fulda y Amorbach y en diуcesis de misiуn, segъn la respectiva situaciуn geogrбfica, quedando firmemente incorporado al reino franco. Todavнa en vida de Carlos se constituyeron los obispados de Mьnster, Osnabrьch y Bremen, verdadero «centro neurбlgico» de la propaganda cristiana entre los sajones. Con ello la divisiуn de los obispados misionales correspondiу desde el 777 «a las lнneas de choque militares de los francos del Rin inferior y del Main» (Lowe).

Pronto llevу Carlos misioneros de todas partes al territorio conquistado: misioneros de Frisia y anglosajones, misioneros de Maguncia, Reims, Chбlons-sur-Mame. De todas partes afluнan los propagandistas clericales de ciudades episcopales y de monasterios -que ya en la antigьedad eran «castillos feudales»- (Schuitze), pero que a comienzos de la Edad Media ya tenнan funciones que mбs tarde, cuando la polнtica medieval fue en buena parte una polнtica de burgos, correspondieron a los burgos propiamente dichos. Desde Colonia, Lьttich, Utrecht, Wьrzburg, desde Echtemach, Corbie, Visbeck, Amorbach, Fulda, Hersfeid acudieron los portadores de la buena nueva hacia el paнs pagano contiguo. Y es que en todas partes a la espada le seguнa «la misiуn en conexiуn inseparable» (Petri), entrelazбndose el acontecimiento salvнfico «ahora indisolublemente con la conquista militar del territorio extranjero como una obra comъn de la Iglesia y del Estado feudal» (Donnert). Guerra anexionista y polнtica misionera y la espada y la cruz, los militares y el clero, todo ello formaba ahora de hecho una unidad inseparable, trabajando codo con codo por decirlo de alguna manera. Lo que arrebataba la espada tenнa que preservarlo la predicaciуn. «La misiуn habнa tenido unos comienzos prometedores» (Beumann). ¹⁴

El espinazo militar de las guerras de Carlos, «verdaderos baсos de sangre» (Grierson) fueron (segъn el modelo romano) las fortalezas fronterizas difнcilmente expugnables, construidas sobre montes y a la orilla de los rнos. Por ello nada tiene de sorprendente que las primeras fundaciones episcopales fijas estuviesen en las puertas de entrada y salida de la fortaleza del Weser: Paderbom, donde Carlos mбs tarde, a su regreso de Sajonia oriental, se detuvo una y otra vez con sus tropas, donde construyу un palacio real y, ya en el 777, una «iglesia de admirable grandeza» (Annales Laureshamenses), la iglesia de San Salvador; y Osnabrьck y Minden, asн como los dos monasterios mбs antiguos del primer perнodo franco en Sajonia: Corvey y Herfbrd. «Bajo Carlomag-no se fundaron nuevos monasterios casi exclusivamente como puntos de apoyo en el paнs pagano reciйn sometido» (Fichtenau).

Tambiйn se habнan erigido ya los obispados de Wьrzburg, Erfurt y Bьraburg (en Fritziar), precisamente allн donde pocos aсos despuйs Carlomбn y Pipino llevaron a cabo sus campaсas contra los sajones (743, 744 y 748). Junto a los centros misioneros de Sajonia, tambiйn jugу un papel especial el monasterio de Fulda. Ni fue tampoco pequeсo el de Maguncia, que pronto se convirtiу en arzobispado (hacia 780), al que pronto se le subordinaron los obispados de Paderbom, Halberstadt, Hil-desheim y Verden, de modo que la provincia eclesiбstica de Maguncia fue hasta su desmembramiento en 1802 la de mayor extensiуn de toda la cristiandad de Occidente, mientras que las nuevas fundaciones westfalianas de Mьnster, Osnabrьck y Ninden fueron anexionadas al obispado de Colonia.

Se comprende sin dificultad que se confiscasen allн propiedades raнces cada vez mбs extensas en favor de la Iglesia y que las protegieran los burgos. Carlos dotу generosamente a muchos monasterios y los sostuvo en su lucha contra sus siervos. Por ello los sajones no sуlo debieron de ver en cada misionero franco un espнa o un valedor de la soberanнa extranjera, sino que «en cada asentamiento cristiano [vieron] un punto de apoyo para los agresores ejйrcitos francos» (Hauk). Cada guerra contra los cristianos fue tambiйn para los sajones una especie de guerra religiosa: una lucha en pro del paganismo y de la libertad polнtica a la vez. Eso fue precisamente lo que intensificу de continuo la resistencia sajona; por eso precisamente se destruнan una y otra vez las iglesias y se expulsaba o se mataba a los eclesiбsticos. ¹⁵

Y asн como el rey Carlos ya en los primeros aсos del conflicto sajуn habнa enviado repetidas expediciones militares contra los longobardos, asн el aсo 788 hizo tambiйn una famosa «excursiуn» contra los moros del norte de Espaсa, una expediciуn armada, que por lo demбs discurriу de modo un poco diferente de como la habнa planeado.