Torah (Hebrew religion) belongs to he who is meek and humble
La Fe Nazarena es vá lida; pero el “B'rit Hadasha” (el Evangelio) es teoló gicamente errado, pues menoscaba, niega, y contradice todas y cada una de las grandes verdades Divinas, previamente reveladas por Dios a Moisé s y a los Profetas
La noble religió n Nazarena, es un camino perfectamente vá lido para agradar al Creador, pues alienta a sus adeptos a volverse a Dios en sincero arrepentimiento. Pero, a pesar de las muchas [y grandes] virtudes de esta noble fe, sus postulados teoló gicos niegan y contradicen todo lo revelado por Dios a los Hijos de Israel.
Y es por esto que, la persona que ha conocido el mensaje de la Ley Divina [que no es otro sino tratar a todos con la misma bondad, justicia, y humildad con que desearí amos ser nosotros mismos tratados], no puede asentir con la teologí a Nazarena; pues, afirmando como cierto, algo que niega la verdad Divina, comete un tipo de “suicidio intelectual”; y viola el mandato Divino que le ordena alejarse de toda falsedad (É xodo 23: 7).
¿ Y por que debe el creyente alejarse de la falsedad? ¡ Pues porque, la mentira, es como la arena movediza; donde, cada movimiento que hacemos, nos hunde mas en ella! Es decir, por cada nueva mentira que decimos, nos vemos forzados a urdir una mentira adicional [a fin de poder justificar nuestra anterior mentira].
Y es por eso que, el Dios de Israel, odia a los mentirosos, y ha prometido cerrarles la boca (Proverbios 13: 5, & Salmo 63: 11).
La realidad es que, aunque los reclamos que hace la teologí a Nazarena, parecen ser tan grandes como una montañ a, la evidencia que de ellos provee la Tanak (la Ley, los Profetas, y los Escritos), es tan pequeñ a, que parece ser un cabello de la barba [de suerte que, la poderosa montañ a de reclamos, termina colgando de un dé bil cabello de evidencia].
Es que, si interpretamos literalmente la Biblia Hebrea (o " Tanak" ), descubriremos que, esta ú ltima, echa por tierra todos y cada uno de los grandes reclamos teoló gicos esbozados por nuestros hermanos Edomitas (Nazarenos). Por ejemplo:
(1) Es falso que los creyentes Hebreos deban seguir a los creyentes Nazarenos; pues la Ley muestra que, al final de los tiempos, todas las naciones subirá n a Jerusalé n, a fin de celebrar la fiesta Hebrea de los Taberná culos, la fiesta de la Luna Nueva, y la fiesta del Sá bado Hebreo (Zacarí as 14: 16, & Isaí as 66: 23).
En adició n, la Ley dice que 10 hombres [gentiles] echará n mano de un creyente Hebreo, para acompañ arle a Jerusalé n, pues reconocerá n que Dios está de parte de los Hebreos (Zacarí as 8: 23). Finalmente, será la Ley de los Hebreos [y no la Gracia de los Nazarenos] la que saldrá de Sion (Jerusalé n), hacia el resto de las naciones del Mundo, a fin de que todos puedan aprenderla (Isaí as 2: 3).
¿ Y que hará n las naciones gentiles, que se obstinaron en desobedecer la Ley? Pues que vendrá n, y confesaran el extraví o de sus tradiciones religiosas; como está escrito- «... A ti vendrá n Naciones [gentiles] desde los extremos de la Tierra, y dirá n: “Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho”» (Jeremí as 16: 19).
(2) Es falso que el Creador haya hecho de “Yeshua” (paz y bendició n sean con é l) “la imagen visible del Dios invisible”; pues es inconcebible que, el Dios que catalogó de corrupto, el que su Pueblo adorase la imagen de algú n hombre (Deut. 4: 23, & Deut. 4: 15-16), venga luego y asuma la imagen del hombre llamado Yeshua, [¡ un hombre que demandaba ser adorado! ].
Y es desquiciado creer que, el Padre Celestial, que dijo que “los hijos de los hombres” son vanidad, son mentira, y son menos que nada (Salmo 62: 9 ), venga luego y se convierta a si mismo en un hijo de hombre (Juan 10: 30, & Juan 14: 10), hacié ndose de ese modo vanidad, mentira, y menos que nada. Finalmente, Dios es un Espí ritu (Salmo 139: 7); pero Yeshua admitió en cambio ser un hombre de carne y hueso (Lucas 24: 39).
(3) Es falso que Yeshua haya sido la encarnació n de la Deidad [pues Dios no es hombre, ni Hijo de hombre, segú n Nú meros 23: 19, & 1 Samuel 15: 29].
(4) Es falso que Yeshua haya sido el Creador, que vino [literalmente] a la Tierra; pues el Creador es demasiado grande como para morar [literalmente] en la Tierra, segú n 1 Reyes 8: 27.
(5) Es falso que Yeshua sea parte de una Trinidad con el Dios de Israel, pues no hay otros dioses con el Creador [es decir, no hay nadie que sea un “co-Dios” con el Creador], segú n Deuteronomio 32: 39.
(6) Es falso que la Ley fuese una “barrera de separació n”, que mantuviese a los Gentiles alejados del Pueblo de Dios; pues, la Ley, siempre alentó a los gentiles a convertirse a la Fe Hebrea, segú n Isaí as 56: 6-7.
(7) Es falso que el Creador haya decidido salvar al mundo por medio de “la locura de la pré dica” [del Evangelio]; pues Dios prohí be a su Pueblo volverse a la locura (Salmo 85: 8).
(8) Es falso que el creyente deba a Yeshua, la misma gloria que debe al Dios de Israel; pues, este ú ltimo, no comparte su gloria con nadie, y no desea que sus hijos mencionen el nombre de otros dioses (Yeshua, Allah, Krishna, etc), segú n Isaí as 42: 8 & É xodo 23: 13. Y Yeshua tambié n lo confirma, cuando rehú sa aceptar la gloria que le ofrecen los hombres (Juan 5: 41).
(9) Es falso que el hombre no pueda escoger abandonar la maldad, para hacer en cambio lo bueno; pues “aunque el pecado está a la puerta, el hombre puede enseñ orearse de é l” (Gé nesis 4: 7).
(10) Es falso que Dios espere que el hombre obedezca perfectamente la Ley, a fin de obtener el beneplá cito Divino. ¿ Por que? Pues porque, el Creador, dio testimonio de haberse agradado del Rey David, a pesar de que David no obedeció perfectamente la Ley (1 Reyes 14: 8). En adició n, Dios juzgó que, la conducta de Job, era perfecta; a pesar de que Job era un hombre imperfecto (Job 1: 8, & 2: 3).
(11) Es falso que la Ley haya sido abrogada, para ser en cambio sustituida por la Gracia. ¿ Por que?
Pues porque no podemos quebrantar la Ley (quitá ndole ni añ adié ndole nada), segú n Deuteronomio 12: 32; porque, quienes rehú san obedecer la Ley, terminan siendo cola, en vez de cabeza (Deut. 28: 44); porque, quienes abandonan la Ley, son castigados con ceguera, locura, y turbació n de espí ritu (Deut. 28: 15& 28);
porque, la locura de abandonar la Ley, conduce al hombre a alabar a los impí os (Prov. 28: 4); y porque, la Ley, es perfecta [y, lo que ya es perfecto, nunca tendrá necesidad de ser mejorado, sustituido, ni abrogado por ninguna otra cosa, segú n el Salmo 19: 7].
(12) Es tambié n falso que los mandamientos sean una maldició n; pues los mandamientos alegran el corazó n (Salmo 19: 8), y son la sabidurí a y la inteligencia del Pueblo Santo (Deut. 4: 6).
(13) Es falso que el creyente no tenga que seguir obedeciendo los 10 Mandamientos. ¿ Por que? Pues porque, el hecho de que fueron escritos en Piedra (Deut. 4: 13), significa que los Mandamientos son para siempre, habiendo sido afirmados eternamente (Salmo 111: 7-8); porque, guardar los mandamientos, son el todo del hombre (Eclesiasté s 12: 13);
porque, los que dejan los mandamientos, son gente soberbia y maldita (Salmo 119: 21); porque, Dios no escucha la oració n del que no hace caso de la Ley (Prov. 28: 9); y porque, el Creador, ha ordenado que meditemos dí a y noche en la Ley, a fin de obedecer lo que en ella se nos ordena [si es que deseamos obtener la bendició n y la prosperidad Divina, segú n Josué 1: 8].
(14) Es falso que, el “B'rit Hadasha” [que predica “el abandono de la Ley”], sea el cumplimiento del “Nuevo pacto” aludido en Jeremí as 31: 31; pues, cuando llegue ese nuevo pacto, Israel no abandonará la Ley, sino que la tendrá en lo mas profundo de su mente, y de su corazó n (Jeremí as 31: 33);
Cuando llegue ese nuevo pacto, todo Israel conocerá a Dios (Jeremí as 31: 34); y, cuando llegue ese nuevo pacto, el Creador hará solamente bien a Israel, no teniendo que reprocharle sus pecados, ni su incredulidad (Jer. 32: 38-42).
(15) Es falso que Yeshua sea “la roca” a la cual deben mirar los creyentes Hebreos [pues la Escritura muestra que esa roca es Avraham, segú n Isaí as 51: 1-2].
(16) Es falso que Yeshua haya sido tanto “el Hijo de Dios”, como “el Siervo de Dios” [pues, estos dos tí tulos, pertenecen a Israel, segú n É xodo 4: 22 & Isaí as 44: 21].
(17) Es falso que Yeshua haya sido el “Rey ungido” [o " Rey Mesí as" ] que habrá de reinar un dí a sobre Israel [pues, este puesto, corresponde al Rey David, segú n Jeremí as 30: 8-9, y Ezequiel 37: 24].
(18) Es falso que Yeshua haya sido el alegado Mesí as de Isaí as 53: 1-7; pues, el personaje allí descrito, engendrarí a tantos hijos bioló gicos, que “su generació n” [es decir, sus descendientes] no podrí a ser contada (Isaí as 53: 8). Pero en cambio Yeshua, no engendro ni siquiera un solo hijo [pues nunca se casó ].
(19) Es falso que Yeshua haya sido “el Hijo” [o “renuevo”] de David, descrito en Isaí as 11: 1-5. ¿ Por que? Pues porque, segú n la Ley, la descendencia sigue la linea del Padre bioló gico de la criatura (Gé nesis 5: 1-32); y, como el B'rit Hadasha afirma que Yeshua no tuvo un padre bioló gico [pues alegadamente fue engendrado por el Espí ritu Santo], entonces Jesú s no era un descendiente bioló gico de David.
En adició n, Isaí as dice que, la manera en que sabremos que el personaje descrito en su libro, finalmente ha llegado, es que veremos una transformació n milagrosa en la naturaleza; pues el leó n dejará de comerse al becerro, y comerá en cambio paja; el lobo no comerá mas al cordero, ni el leopardo comerá al cabrito; la serpiente no morderá a ninguna persona; y un niñ o podrá pastorear [confiadamente] una manada de fieras salvajes (Isaí as 11: 6-9).
(20) Es falso que Yeshua haya sido el sacrificio expiatorio por los pecados del mundo, pues nadie puede morir por la maldad de alguna otra persona, sino que “cada cual morirá por su propia maldad” (Jer. 31: 30, Ezeq. 18: 20-22, & Deut. 24: 16).
En adició n, las ofrendas por el pecado, tení an que ser sin defecto (Lev. 22: 19); Pero, desafortunadamente, Yeshua tení a defectos; pues, siendo un hombre de carne y hueso, es imposible que haya hecho solamente el bien, sin nunca haber pecado (Eclesiasté s 7: 20).
De hecho, en Mateo 19: 17, el B'rit Hadasha admite que Yeshua no era “bueno”; y esto es prueba adicional de que, Yeshua, no era el Dios de Israel, quien es absolutamente bueno (Salmo 106: 1). En adició n, Lucas 7: 28 admite que, Juan el Bautista, era mayor que Yeshua; pues, a diferencia de este ú ltimo, estuvo dispuesto a ser decapitado (Lucas 3: 19-20, & Marcos 6: 27), obedeciendo el mandamiento que ordena al verdadero profeta, amonestar al impí o (Ezequiel 3: 18).
(21) Yeshua tampoco pudo haber sido el Sumo sacerdote que oficiase el sacrificio expiatorio por los pecados de todo Israel; pues, segú n É xodo 28: 1, & Nú m. 18: 7, ese Sumo Sacerdote tení a que ser un descendiente de la tribu de Leví, y Yeshua no cumplí a con ese requisito; pues, su familia bioló gica, pertenecí a a la tribu de Judá (Lucas 3: 33-34).
22) Es falso que Marí a (paz sea con ella) haya sido “la virgen” de Isaí as 7: 14; pues, esa “virgen”, es en realidad una personificació n alegó rica de la comunidad compuesta por las casas, las ciudades y las tribus de Israel, segú n Isaí as 37: 22, Amos 5: 2-3, & Jeremí as 18: 13.
23) Es falso que Yeshua haya sido el “Emanuel” que habrí a de ser engendrado por la Virgen de Isaí as 7: 14; pues, como el nombre “Emanuel” literalmente significa “Dios (está ) con nosotros”, es obvio que “Emanuel” no es una persona, sino una pluralidad [o “comunidad”] de individuos. Esta comunidad, serí a testigo de una liberació n tan grande, que no tendrí a otro remedio que proclamar que Dios estaba con ellos [¡ Emanuel! ].
¿ Cual serí a esa comunidad? Pues la de los creyentes que verí an como, la Tierra de Rezí n y de Peka [los reyes de Siria e Israel que se habí an levantado contra Judá, segú n Isaí as 7: 1-2], serí a arrasada por el rey de Babilonia;
como está escrito- «he aquí, por tanto, que el Señ or hace subir sobre ellos (Peka y Rezí n) aguas de rí os, impetuosas y muchas, esto es, al rey de Asiria, con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus rí os, y pasará sobre todas sus riberas... y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel»- Isaí as 8: 7-8.
¿ Y que proclamarí a esta comunidad, luego de ver esta gran liberació n? Pues proclamarí an: «Tomad consejo, y será anulado; proferid palabra, y no será firme, porque ¡ Dios está con nosotros! [¡ Emanuel! ]»- Isaí as 8: 10.
(24) Es falso que Yeshua haya sido el cordero pascual, cuyo sacrificio cargarí a con los pecados de toda la nació n Israelita; pues, los pecados de Israel, no eran expiados por nada de lo que acaecí a en la fiesta de la Pascua, sino por lo acaecido en la fiesta de Yom Kippur (es decir, en la gran fiesta de la Expiació n), segú n Leví tico 16: 19.
Y, el animal que cargaba con el pecado de Israel [durante esta fiesta de Yom Kippur], no era un cordero, sino un macho cabrí o. No solamente esto, sino que, ese macho cabrí o [que se llevaba los pecados de toda la Nació n], no era sacrificado por el Sumo sacerdote, ni tampoco era su sangre derramada [como se alega que sucedió con Yeshua], sino que era en cambio enviado [vivo] al desierto (Lev. 16: 20-22).
En adició n, los pecados individuales no eran expiados por un cordero, sino por una cabra (Leví tico 4: 27-28).
(25) Es falso que, el perdó n de pecados, demande el derramamiento de sangre inocente. ¿ Por que? Pues porque, el sacrificio de animales, es solo sombra y figura del verdadero sacrificio que agrada al Creador; que no es otro sino el corazó n contrito y humillado (Salmo 51: 17);
y porque, el Creador, ha prometido perdonar el pecado de todo aquel que se humilla, invocando Su Nombre, y convirtié ndose de su maldad (2 Cron. 7: 14, Prov. 28: 13, Jer. 36: 3, Isaí as 1: 16-18, & Isaí as 55: 7).
Y, estas promesas de perdó n, no demandan sangre alguna, fuera de la que sube al sonrojado rostro del pecador, que se avergü enza de su pecado, y que abandona su vida de maldad.
(26) Es falso que Yeshua haya sido el Salvador del Mundo [pues no hay otro Salvador fuera de י ה ו ה , segú n Isaí as 43: 11, & 43: 3]. En adició n, Yeshua reconoció ser un “hijo del Hombre” (Mateo 18: 11); Y, la Tanak, enseñ a que no hay salvació n alguna en el Hijo del Hombre (Salmo 146: 3).
No solo eso, sino que, la palabra Hebrea que traducimos como “Mesí as”, literalmente significa “Ungido”; un titulo que nunca tuvo la intenció n de aplicarse a una persona exclusiva; pues, tanto Aaró n, como Saú l, David, y el Rey [pagano] Ciro [entre muchos otros], fueron llamados “Mesí as” (o “Ungido”), segú n Leví tico 4: 3& 5, 1 Samuel 2: 35, 1 Sam. 12: 5, 15: 17, 24: 6, 2 Sam. 22: 51, & Isaí as 45: 1.
Y la Tanak enseñ a que, aú n el hombre que ha sido hecho un “Ungido” de Dios (o “Mesí as” de Dios), necesita en si mismo ser salvado [por י ה ו ה ]; como está escrito- «Ahora conozco que י ה ו ה salva a su “Ungido” (o “Mesí as”)»- Salmo 20: 6. Y el B'rit Hadasha tambié n lo confirma, cuando dice que Yeshua necesitó ser “salvado” [o “librado”] de la muerte (Hebreos 5: 7).
(27) Es falso que Yeshua haya vivido una vida libre de pecados; pues “todos los hombres son concebidos en pecado” [por sus respectivas madres], segú n el Salmo 51: 5; y porque, “no hay hombre que haga solo el bien, y nunca peque”, segú n Eclesiasté s 7: 20.
(28) Es falso que Yeshua haya sido el ú nico hombre justo que jamá s haya existido [pues tanto Noé, como Lot, fueron justos ante Dios, segú n Gé n. 6: 9, Y Gé n. 18: 23].
(29) Es falso que, fuera de Yeshua, no exista hombre que haya hecho lo bueno; pues tanto Asa, como Ezequí as, fueron hombres que hicieron lo bueno (2 Cron. 14: 2, & 2 Cron. 31: 20).
(30) Es falso que Yeshua haya hecho mayores milagros que cualquier otro profeta [pues nadie hizo mayores milagros que Moisé s, segú n Gen. 34: 11].
(31) Es falso que, la Vida Eterna, sea el producto de creer que Yeshua haya sido el Mesí as; pues, la Vida Eterna, en realidad es el producto de apartarse del mal, para hacer en cambio el bien (Salmos 37: 27).
(32) Es falso que Yeshua haya sido " la Verdad"; pues, es " la Ley", y no el Nazareno, lo que realmente es " la Verdad" (Salmos 119: 142).
(33) Es falso que Yeshua haya sido “el Camino”; pues, “el Camino” que Dios ha dispuesto para los creyentes, es la obediencia a los 10 mandamientos de la Ley, segú n Salmo 119: 27& 32, Jueces 2: 17, Deut. 5: 29-33, y Deut. 11: 22-23.
(34) Es falso que Yeshua haya sido “la Vida” [pues, “la Vida”, es cumplir todas las palabras de la Ley de Dios, segú n Deut. 32: 46-47].
(35) Es falso que hayamos heredado la muerte espiritual, a consecuencia del pecado de nuestros Padres [Adá n y Eva]; pues, los hijos, no han de morir por el pecado de sus padres (Deut. 24: 16).
(36) Es falso que, Yeshua, haya sido mayor que Moisé s; pues, cuando Moisé s hablaba con el Padre Celestial, la conversació n era tan real y certera, que nadie en la multitud dudaba de su autenticidad (É xodo 33: 11, É xodo 19: 17-19, & Deut. 5: 22-27);
Pero, cuando Yeshua hablaba con el Padre Celestial, la conversació n era tan confusa y dudosa, que la multitud dudaba que hubiese realmente ocurrido (Juan 12: 28-29). En adició n, la Ley dice que, nunca se levantó en Israel, otro profeta mayor que Moisé s (Deut. 34: 10).
(37) Es falso que, lo que Dios pide del Hombre, es que crea en Yeshua; pues, lo que Dios realmente pide, es que amemos “obrar con justicia, con misericordia, y con humildad” (Miqueas 6: 8).
(38) Es falso que, “la Gracia”, viniese por medio de Yeshua; pues Noé halló “gracia” ante los ojos de Dios (Gen. 6: 8); y Moisé s invocó sobre Israel “la gracia del que habitó en la zarza” (Deut. 33: 16).
(39) Es falso que Dios espere que los creyentes Hebreos acepten “el presente” [o “regalo”], de “la Salvació n gratuita”; pues, los regalos, impiden juzgar con claridad, pervierten la Justicia divina, y corrompen el corazó n (É xodo 23: 8, & Eclesiasté s 7: 7).
(40) Es falso que Yeshua justifique al impí o [es decir, al hombre que rehú sa arrepentirse, y comenzar a obedecer los mandamientos]; pues, si fuese cierto que Yeshua justifica la impí o, entonce Yeshua serí a abominable ante י ה ו ה , segú n Prov. 17: 15.
(41) Es falso que la Justicia se alcance solo por la Fe, y no por obrar segú n lo ordenado en la Ley. ¿ Por que? Pues porque, Finees, obró segú n lo ordenado en la Ley [dando muerte a los dos adú lteros, segú n Lev. 20: 10]; y, su obrar segú n la Ley, le fue contado por Justicia (Salmo 106: 29-31).
(42) Es falso que, nuestro bienestar eterno, dependa de aceptar la religió n [o teologí a] correcta; pues, en realidad, depende de que conozcamos a Dios, dando “buen fruto”, y haciendo [con nuestras propias manos] el bien y la justicia que encarnan los mandamientos dados por י ה ו ה a Moisé s [segú n grabados sobre las dos Tablas de Piedra].
¿ Por que? Pues porque, la Ley, muestra que cada persona recibirá el mismo bien [o mal] que haya sembrado (Jeremí as 22: 15-16, Gé nesis 4: 6-7, Prov. 22: 8, Jueces 1: 7, Isaí as 58: 7-12, Isaí as 3: 10-11).
(43) Es falso que, el hombre que escribió casi la mitad de las epí stolas que conforman el B'rit Hadasha [el apó stol Pablo, paz sea con é l], haya sido una fuente confiable de sabidurí a y conocimiento de la Fe Hebrea [¡ pues ni siquiera sabí a quien era el Sumo sacerdote Hebreo, segú n Hechos 23: 3-5! ].
Finalmente, si la Ley dice una cosa, y el B'rit Hadasha dice otra cosa [o algo contrario], entonces es el B'rit Hadasha [y no la Ley], el que está equivocado. ¿ Por que? Pues porque serí a extraviado creer que, las enseñ anzas de Yeshua, son “el cumplimiento de la Ley” (Mateo 5: 17), si tales enseñ anzas “no cumplen” con lo que la Ley enseñ a y ordena.
En adició n, las verdades Divinas reveladas en la Escritura Hebrea, son finales e irrevocables; pues, la Ley, no puede ser abrogada, ni mucho menos quebrantada, segú n Deut. 4: 2. Y, el B'rit Hadasha, confirma esta misma verdad, cuando cita a Yeshua diciendo: «la Escritura [es decir, la Ley], no puede ser quebrantada» (Juan 10: 35).
Y, las anteriores, son algunas de las razones por las cuales los creyentes Samaritanos respetan y admiran la figura de Yeshua (paz sea con é l), pero rechazan tajantemente las cosas que, acerca de Yeshua, afirma la noble teologí a Nazarena. ¿ Quien es un “creyente Samaritano”?
Pues es todo hombre y toda mujer que cree en hacer el bien que ordena la Ley: en no juzgar injustamente a nadie, en no aceptar [o “aprobar”] la conducta de los impí os, en defender al dé bil y al hué rfano, en hacer justicia [dando caridad] al afligido y al menesteroso, y en librar a los afligidos y necesitados de mano de los impí os.
Estos creyentes, son aquellos a los cuales alude la Escritura Hebrea, cuando dice: “Vosotros sois dioses, y todos vosotros [sois] “Benei Elyon” (hijos del Altí simo)- Salmo 82: 6. ¿ Por que rechazan los Samaritanos las cosas que acerca de Yeshua postula la noble teologí a Nazarena?
Pues porque, como hemos demostrado, cada una de ellas niega y contradice lo claramente revelado por י ה ו ה en la Ley, en los Profetas, y en los Escritos (la Tanak). Y, la palabra Hebrea que la Tanak utiliza para designar a quien se opone a la dicho y ordenado por el Creador, es “Ha Satá n”; un termino Hebreo que literalmente significa “El Sataná s”.
¿ Que debe hacer entonces el Hombre que desea abandonar las mentiras en las cuales ha sido instruido, para volver en cambio a la senda antigua de la pura, clara, y sencilla fe en la Ley de Dios?
Pues debe renunciar al engañ o y la maldad; jurando fidelidad y obediencia a י ה ו ה (Adonai Yah, el Dios de Israel, bendito sea); y haciendo la siguiente confesió n pú blica- «Oh י ה ו ה (Adonai Yah), Señ or Dios de Abraham, Confieso que No hay otro Dios, ni hay otro Salvador, tan grande como Tu; Confieso que no hay otro profeta, tan grande como Moisé s; ni hay otra Ley, tan grande como Tus Diez Mandamientos.
Confieso que no hay otra Escritura, tan grande como Tu Torah; ni hay otro pueblo, tan grande como Israel. Y confieso que no hay otra teologí a tan grande, verdadera, y justa, como la de " Medida por Medida" (o " Siembra y Cosecha" ): recompensar a cada uno, con el mismo bien que, con sus obras, haya voluntariamente sembrado; y castigar a cada uno con el mismo mal que, con sus obras, haya voluntariamente sembrado (sin nunca haberse arrepentido).
Gracias, porque has escuchado mi oració n, y has perdonado [como prometiste] mis pecados. Y gracias por haberme hecho en este dí a, miembro integral de tu Pueblo Santo; el Pueblo de Dios que está prefigurado en la Nació n de Israel. Amé n».
Reformed Samaritanism states that “Real Jews” don’t “really” exists-- there’s only a bunch of God fearing gentiles trying to do their best in order to live according to what they understand to be the ancient Hebrew faith
Most Hasidic Jews claim that their Judaism is something inherited from their mother’s side. In other words, as long as you are born from a Jewish mother, your soul is Jewish, regardless of the lifestyle you later choose to follow (observant/non observant, Straight/Gay, Religious/Atheist, etc).
What’s the problem with this self-serving religious outlook? The problem is that it resembles a great and beautiful castle... only built upon the sand! You see, if Judaism actually depends upon having a Jewish mother, then Jews are falsely pretending to be something they don’t really are; and, if that is the case, then they are just a bunch of arrogant gentiles, bragging about a noble lineage to which they don’t really belong [modern Judaism being little more than a pretty lie].
But, how can this be? The reason lies in the fact that the “Yehudim” (Jews) are the biological descendants of the patriarch Judah. But Judah never fathered any daughter who could engender Jewish kids. In fact, Judah only sired male children (Er, Onan, Shelah, Perez, and Zerah). And these children were all born from gentile (Canaanite) mothers; therefore, their mothers could not have bestowed upon them any hereditary Judaism.
The first three of these children (Er, Onan, and Shelah) were born from the daughter of a Canaanite man named Shua (“And Judah saw there A DAUGHTER OF A CERTAIN CANAANITE, whose name was Shua; and he took her, and went in unto her. And SHE CONCEIVED AND BORE A SON, AND HE CALLED HIS NAME ER. AND SHE CONCEIVED AGAIN AND BORE A SON, AND SHE CALLED HIS NAME ONAN. AND SHE YET AGAIN CONCEIVED AND BORE A SON, AND CALLED HIS NAME SHELAH”- Genesis 38: 2-5). And, since these kids came from a Canaanite (gentile) mother, it wasn’t surprising that most of them were wicked (“AND ER, JUDAH’S FIRSTBORN, WAS WICKED in the sight of the Lord; and the Lord slew him”- Genesis 38: 7; “AND THE THING WHICH HE [ONAN] DID DISPLEASED THE LORD; THEREFORE HE SLEW HIM ALSO…”- Genesis 38: 10 ).
On the other hand, Judah’s two last kids (Perez and Zerah) where born from a Canaanite woman named Tamar, with whom Judah had had an incestuous relationship. As it is written: «AND HE [JUDAH] TURNED UNTO HER [TAMAR] ON THE WAYSIDE AND SAID, “COME, I PRAY THEE, LET ME COME IN UNTO THEE” (FOR HE KNEW NOT THAT SHE WAS HIS DAUGHTER-IN-LAW)… And it came to pass about three months after that it was told Judah, saying, “Tamar thy daughter-in-law hath played the harlot; and also, behold, she is with child by whoredom… AND IT CAME TO PASS IN THE TIME OF HER TRAVAIL THAT, BEHOLD, TWINS WERE IN HER WOMB… [THEREFORE] HIS [FIRSTBORN] NAME WAS CALLED PEREZ… AND AFTERWARD CAME OUT HIS BROTHER… AND HIS NAME WAS CALLED ZERAH”- Genesis 38: 16, 24, & 27-30).
But, if things are so straightforward, and the matriarchs of all modern Jews were gentile women, why do Hasidic Rabbis keep telling everyone that Jews somehow inherit [from their mothers] a soul that is superior to that of the gentiles? Well, the reason for this Historical revisionism is that our big ego often puts a limit to the amount of truth we can comfortably “digest”. And the story of Tamar is particularly difficult to swallow. You see, although Hasidic Jews are brought up believing to be so holy [and important] that, had their ancestors not accepted the Torah, God would have have found no reason to keep the World alive, truth is that righteous gentiles can be as righteous as any Jewish patriarch. In fact, Judah himself (the patriarch of all modern Jews) confessed that the gentile Tamar was more righteous than Him. As it is written: «When she [Tamar] was brought forth, she sent to her father-in-law, saying, “By the man whose these are, am I with child”… AND JUDAH ACKNOWLEDGED THEM AND SAID, “SHE HATH BEEN MORE RIGHTEOUS THAN I…”- Genesis 18: 25-26.
In short, there’s no such thing as a superior Jewish soul, and any gentile who chooses to live the life of righteousness described by the Torah is as great [and as deserving of receiving God’s glory] as any great Jewish patriarch. In fact, an ancient Hebrew tradition confirms this idea, when it goes on to say: «In the school of Elijah (the prophet) it was taught: “ I call heaven and Earth to witness that whether it be a heathen or a Jew, a man or a woman, a manservant or a maidservant, the Holy Spirit will suffuse any one of them in keeping with the [righteous] deeds he or she performs”» (Tanna Devei Eliyahu)
Torah (Hebrew religion) belongs to he who is meek and humble
Why was Torah (God’s Law) given in the midst of what seemed to be a thunderstorm (“And it came to pass on the third day in the morning, that THERE WERE THUNDERS AND LIGHTNINGS, AND A THICK CLOUD UPON THE MOUNT”- Exodus 19: 16, KJB)? In order to hint at the idea that Torah is like rain and water (“MY DOCTRINE SHALL DROP AS THE RAIN... ”- Deut. 32: 2, KJB). In what sense is Torah similar to water? In that it belongs to God, and thus is freely available to all of God’s creatures.
In addition, just as water will naturally leave the high places, settling instead in the lower ones, so will Torah naturally abandon exalted (proud) people, dwelling instead with those who are lowly (meek and humble). As is written: “THOUGH THE LORD BE HIGH, yet hath he respect unto the lowly: but THE PROUD HE KNOWETH AFAR OFF... BUT TO THIS MAN WILL I LOOK, EVEN TO HIM THAT IS POOR AND OF A CONTRITE SPIRIT, and trembleth at my word… I WILL ALSO LEAVE IN THE MIDST OF THEE AN AFFLICTED AND POOR PEOPLE [GETTING RID OF THE PROUD], and they shall trust in the name of the Lord”- Psalm 138: 6, Isaiah 66: 2, & Zephaniah 3: 12, KJB.
Thus, when Israel is holy and humble, Torah belongs to the Israelite people; but when Israel become proud and wicked, Torah abandons them, and seeks some other people to dwell with. And that’s why God would sometimes place gentile nations in the same list with Israel.
As is written: «In that day shall Israel be the third with Egypt and with Assyria, even a blessing in the midst of the land: Whom THE LORD OF HOSTS SHALL BLESS, SAYING, “BLESSED BE EGYPT MY PEOPLE, AND ASSYRIA THE WORK OF MY HANDS, AND ISRAEL MINE INHERITANCE”»- Isaiah 19: 24-25, KJB. Notice that not only are two gentile nations [Egypt and Assyria] placed in the same list with Israel… they are placed even ahead of the latter!
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