La Ley de Dios intima que para toda realidad tangible (material) hay una contraparte intangible (espiritual)

Jesus was an awesome man of God. But he wasn’t God, as God is sinless, whereas Jesus wasn’t. How do we know it? We know it from the fact that he who has no sin, doesn't need to learn any obedience (as his obedience already is perfect). But as for Jesus, the New Testament clearly states that he had to learn obedience. As is written: “Although he was the Son, he learned obedience from what he suffered”- Hebrews 5: 8, Christian Standard Bible

La Ley de Dios intima que para toda realidad tangible (material) hay una contraparte intangible (espiritual)

La Ley de Dios dice así: “En el principio creo Dios los Cielos y la Tierra”- Gé nesis 1: 1. Note como el verso intima que Dios crea primero “Los Cielos” (es decir, un á mbito intangible), y solamente despué s procede a crear “La Tierra” (un á mbito tangible). Es decir, existe primero lo “espiritual” (o “energé tico”), y esto despué s se manifiesta como algo Fí sico y material (¿ E=MC2? ).
Y el que las realidades tangibles son el producto de realidades intangibles (o “espirituales”) es tambié n intimado en el resto de la Escritura Hebrea. Por ejemplo, el libro de Job narra acerca de una asamblea que ocurre en los cielos (Job 1: 6-12), donde un á ngel denominado “Ha Satan” demanda que la fe de Job sea probada. Y, como consecuencia de esto [que ocurre en el á mbito intangible], Job termina perdiendo todos sus bienes tangibles (Job 1: 13-19).
De este modo, si bien es cierto que las perdidas materiales de Job tuvieron una explicació n fí sica racional (una tormenta de Relá mpagos mata a los animales, los esclavos son asesinados por una banda de delincuentes Sabeos, un torbellino destruye la casa donde se reuní an los sus hijos de Job, etc), la Escritura intima que todo esto no fue sino la manifestació n fí sica de algo que sucedió primeramente en un á mbito que no es fí sico, sino espiritual.
Del mismo modo, la Tanak narra la historia de un perverso rey llamado Acab. En su afá n por tomar una propiedad ajena [en Jezreel], este rey Israelita utiliza la mentira, a fin de hacer morir a Nabot, quien es el justo dueñ o de la propiedad (1 Reyes 21: 2-13). Y como resultado de ello, se celebra en los cielos (es decir, en el á mbito no fí sico) una asamblea donde se dicta que Acab debe “segar lo mismo que ha sembrado”; siendo victima de la mentira (de sus ancianos consejeros), muriendo a manos de un rey (el rey de Siria), y a causa de una propiedad (Ramot de Galaad) que este ú ltimo desea tomar de é l.
Como esta escrito: «Entonces é l dijo: Oye, pues, palabra de Adonai (el Señ or): Yo vi a Adonai sentado en su trono, y todo el ejé rcito de los cielos estaba junto a É l, a su derecha y a su izquierda. Y Adonai dijo: “¿ Quié n inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? ”. Y uno decí a de una manera, y otro decí a de otra. Y salió un espí ritu (¿ el espí ritu de Nabot? ) y se puso delante de Adonai, y dijo: Yo le induciré. Y Adonai le dijo: ¿ De qué manera? El dijo: “Yo saldré, y seré espí ritu de mentira en boca de todos sus profetas”. Y é l dijo: “Le inducirá s, y aun lo conseguirá s; ve, pues, y hazlo así ”. Y ahora, he aquí Adonai ha puesto espí ritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Adonai ha decretado el mal acerca de ti»- 1 Reyes 22: 19-23.
De nuevo, podrí amos explicar la subsecuente muerte de Acab en té rminos puramente polí ticos, racionales, y/o estadí sticos; pero tal y como vimos con la historia de Job, lo que la Escritura pretende intimar es que, para toda realidad tangible, hay una contraparte intangible. Y esto es cierto, sin importar si de lo que se trata es de la salud, de la economí a, de la milicia, de la polí tica, de la ciencia, de la religió n, etc.
Y quizá s sea esta la razó n por la cual hallamos que, si hay tal cosa como un mensaje que es comú n a todos los profetas de Israel, es que el bienestar de la vida econó mica, polí tica, militar, y social de la nació n Hebrea, es directamente proporcional a su estado espiritual; a cuan diligente es en observar los ayunos, las oraciones, las limosnas, y en fin la moralidad que encarnan los ritos, las ordenanzas, y las alegorí as de la Ley Divina.
Como fue enseñ ado por nuestro maestro Moises, cuando dijo: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Adonai tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, tambié n Adonai tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrá n sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzará n, si oyeres la voz de Adonai tu Dios… Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Adonai tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrá n sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzará n… Adonai te herirá de tisis, de fiebre, de inflamació n y de ardor, con sequí a, con calamidad repentina y con añ ublo; y te perseguirá n hasta que perezcas… Adonai te entregará derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrá s contra ellos, y por siete caminos huirá s delante de ellos; y será s vejado por todos los reinos de la tierra… El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderá s muy abajo. El te prestará a ti, y tú no le prestará s a é l; é l será por cabeza, y tú será s por cola”- Deut. 28: 1-2, 15, 22, 25, 43, & 44.