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As long as you acknowledge sin for what it really is, you remain a believer
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As long as you acknowledge sin for what it really is, you remain a believer
The Scripture states that Naaman (a Syrian gentile) decided to serve the God of Israel. Yet Naaman knew that, in the future, he might [unwillingly] had to bow before idols.
As is written: “For from now on thy slave will offer neither burnt offering nor sacrifice unto other gods, but unto the LORD. In this thing may the LORD pardon thy slave, that when my master goes into the house of Rimmon to worship there, and he leans on my hand, if I also bow myself in the house of Rimmon, that the LORD pardon thy slave in this thing, if I bow down myself in the house of Rimmon”- 2 Kings 2: 17-18 (Jubilee Bible 2000).
Still, we find that the answer given by God’s prophet (Elisha) to Naaman was a reassuring one: “And he said unto him, Go in peace... ”- 2 Kings 2: 17-19 (Jubilee Bible 2000).
What does it means? It means that, as long as a man feels ashamed of his wickedness, and acknowledges the sinful nature of his bad actions, he still abides in the light of true faith. But, as soon as he starts rationalizing his evil behavior, and even starts parading it, he no longer abides in light, but rather in darkness
El compromiso con las Diez Leyes Divinas
1) Me comprometo con creer en la Existencia y Soberaní a de Adonai Yah ( י ה ו ה ).
2) Me comprometo con no Adorar, No Orar, Ni tampoco Servir, a algo que tenga una imagen fí sica; ni a dios alguno fuera de Adonai Yah
3) Me comprometo con no pronunciar vanamente el Nombre de Adonai Yah
4) Me comprometo con santificar el dí a de descanso (Shabbat)
5) Me comprometo con honrar y respetar a mis Padres fí sicos y espirituales
6) Me comprometo con no matar ni dañ ar al hombre o a la mujer inocente
7) Me comprometo con alejarme de todo aquello que pueda inducirme a la inmoralidad; a la Fornicació n, al Adulterio, a la Homosexualidad, o al bestialismo
8) Me comprometo con no secuestrar el cuerpo ni la mente de aquel que es mas dé bil o ingenuo que yo
9) Me comprometo con no mentir, difamando a mis semejantes, jurando falsamente, o dañ ando a mi pró jimo por medio de una falsa pieza de informació n
10) Me comprometo con no robar, ni intentar traer dentro de mi posesió n, cualquier cosa que ya pertenezca lí citamente a alguna otra persona
Los Seis Pilares Del Samaritanismo Reformado
1. Un Supremo Dios, Rey, Y Salvador: " י ה ו ה " (" Adonai Yah" )
2. Un Supremo Profeta y Maestro- " Moshe Ravenu" (Moisé s Nuestro Maestro)
3. Una Suprema Ley Y Pacto- Los Diez Mandamientos (o “dichos”), escritos por Adonai (no por el hombre) sobre " Las Dos Tablas de Piedra"
4. Una Suprema Escritura Sagrada- " La Torah" (Los Cinco Libros de Moisé s)
5. Una Suprema Familia de Fe- " Los Hijos De Israel" (la familia universal de creyentes prefigurada en la Nació n de Israel)
6. Una Suprema Teologí a- " Medida por Medida" (ley de Siembra y Cosecha); es decir, temer a Yah, quien un dí a habrá de juzgar a todos con justicia; devolviendo a cada uno el mismo bien (o mal) que durante su vida haya escogido libre y voluntariamente sembrar. Y, prepararnos para ese juicio, buscando a Yah en oració n, con un corazó n contrito y humillado; renunciando a toda especie de maldad; y comprometié ndonos con el bien encarnado en Sus Diez Mandamientos, segú n los exponen los estatutos, las ordenanzas, los Ritos, y las Alegorí as de la Ley de Moisé s
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Las Verdades Eternas Del Samaritanismo Reformado
1) Hay un solo Dios: י ה ו ה (Adonai Yah), el Dios de Avraham, así como de toda la casa de Israel. Este Dios siempre perdona las faltas del hombre que se arrepiente de corazó n, sin importar si ese hombre es Hebreo, Cristiano, o Musulmá n.
2) Hay una sola fe: renunciar a nuestro orgullo, reconociendo nuestros pecados, y comprometié ndonos con hacer el bien ordenado en los diez mandamientos de la Ley de Moisé s (cuya finalidad no es otra que amar a י ה ו ה, amando a aquellos que han sido creados a su imagen y semejanza; es decir, haciendo a los hombres el mismo bien que desearí amos para nosotros mismos).
3) Aunque י ה ו ה nos ha concedido libre albedrí o, no podremos evitar cosechar el mismo bien o mal que, durante nuestras vidas, hayamos voluntariamente sembrado [sin nunca habernos arrepentido]
4) Todo lo que promueve la obediencia a lo ordenado en las dos Tablas de Piedra (la justicia, la misericordia, la humildad, la verdad, la paz, el respeto, la nobleza, la fe, la esperanza, y el amor a Dios y al pró jimo), proviene de י ה ו ה; sin importar si se alega haber sido dicho o escrito por Moisé s, por Jesus, por Muhammad, o por el Dalai Lama (paz y bendició n sea con todos ellos).
Y, todo lo que promueve la rebeldí a contra lo ordenado en esas Tablas de Piedra, no proviene de י ה ו ה, sin importar si se alega haber sido dicho o escrito por Moisé s, por Jesus, por Muhammad, o por el Dalai Lama
5) Si Dios nos exhorta a hacer el bien encarnado en las dos Tablas de Piedra, no es porque necesite nuestra fe, nuestra pleitesí a, nuestro amor, o nuestra sumisió n. Es porque nos ama; y, como todo buen Padre, quiere librarnos del inevitable dolor que, eventualmente, sufriremos como resultado de haber escogido el camino de la maldad
6) Desde una perspectiva, todas las tradiciones religiosas (Judaí smo, Islam, Cristianismo, Budismo, etc) son verdaderas; cuando las utilizamos como justificació n para hacer el bien encarnado en los diez mandamientos. Y, desde otra perspectiva, todas ellas son falsas; cuando las utilizamos como justificació n para hacer el mal prohibido por esos mismos mandamientos.
7) Adonai Yah es el Infinito [el " Todo Supremo" ], que contiene dentro de sí mismo todas las cosas. Y, siendo el Infinito que todo lo abarca, Adonai no está contenido dentro de nada (ni de nadie) fuera de sí mismo.
Así, siendo que todas las cosas está n " dentro" de Adonai (el tiempo, el espacio, la materia, la energí a, las dimensiones, las leyes de Fí sica, los universos, la existencia, la justicia, la misericordia, la humildad, las emociones, las ideas, la sabidurí a, la é tica, la moral, el mundo presente, el mundo futuro, el alma de cada ser, etc), podemos apropiadamente decir que Adonai Yah es el principio, el medio, y el final de todas las cosas; y que no hay perfecció n alguna que el Creador no exceda.
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