La Bien intencionada [pero errada] percepción que motiva a los seguidores del Noahismo
La Bien intencionada [pero errada] percepció n que motiva a los seguidores del Noahismo
Dios nunca cambia, ni tampoco esta sujeta a cambios lo que, desde el principio, ha sido su voluntad para con los hombres. Su voluntad para con Judí os y gentiles, ha sido la misma a travé s de todas las edades. El primer hombre nacido de padres humanos, fue Caí n (un gentil). ¿ Cual era la voluntad de Dios para con el gentil Caí n?: «Si te ocupas a ti mismo con lo que es bueno, seras exaltado»- Gé nesis 4: 7.
¡ Dios querí a que Caí n se ocupara haciendo el bien (no haciendo mal a su pró jimo; es decir, su hermano Abel). ¿ Y cual era la voluntad de Dios para con los Judí os (que vendrí an existir miles de añ os mas tarde)? ¡ Pues exactamente la misma!: " Apá rtate del mal, y haz el bien, y tendrá s una morada segura" / Y, " amará s a tu pró jimo, como a ti mismo»- Salmo 37: 27/Leví tico 19: 18.
Así, Dios no tiene una religió n para los Judí os, y otra para los gentiles. A sus ojos, tanto los unos como los otros, somos como Caí n: hijos de Adam. Y, al igual que Caí n, todos tenemos que seguir la misma religió n: ¿ Cual? ¡ Pues hacer lo bueno! Si aparenta que, en algú n momento, Dios ha cambia la religió n de alguien, es solo una ilusió n.
Vera, cuando Dios creó al hombre, lo hizo perfecto: Es decir, Adam fue creado con pleno conocimiento del lenguaje Hebreo; fue creado con una mentalidad de adulto; y con los impulsos y el entendimiento de una persona adulta.
Dios no tuvo que explicarle a Adam cual era el significado del mandato de “crecer y multiplicarse”, ni tenia que darle una larga lista de lo que implicaba “hacer lo bueno”, y “hacer lo malo”; es que Adam ya tenia naturalmente todo ese conocimiento.
Pero, tan pronto Adam desobedece, comienza a manifestarse en su descendencia (la raza humana) la muerte de la cual advirtió el Creador; una muerte que comienza manifestá ndose como una “de-evolució n” moral. Este proceso, es uno donde la conciencia de la raza humana comienza a oscurecerse de forma progresiva. Esta “de-evolució n” moral, hací a que las sucesivas generaciones perdieran progresivamente la noció n de lo que implicaba “hacer el bien” y “hacer el mal”.
Así, vemos que, en este respecto, Dios tiene que ser especifico con Caí n; aun mas especifico con la generació n de Noah; aun mas con la generació n de los Patriarcas; y mucho mas especifico con la generació n de los Israelitas que salieron de Egipto. Finalmente, tuvo que " inundar" con la menudencia de las palabras de los profetas, a los Judí os de la generació n del Cautiverio Babiló nico.
Es que, aquellos hombres, vivieron en una generació n donde la conciencia de las personas habí a perecido por completo; es decir, habí an perdido la capacidad de distinguir entre la mano derecha (lo que es correcto), la mano izquierda (lo que es torcido), y muchos animales (la diferencia entre vivir la vida moral que distingue al ser humano, y la que distingue a los animales). Lamentablemente, es esta ú ltima la condició n moral que al presente experimenta la raza humana.
Es en base a lo que hasta aquí hemos dicho que, si Dios aparenta haber hablado menos (dar menos mandamientos) a los gentiles de la generació n de Noé (Noahidas), que a los Israelitas de la generació n de Moisé s, es solo “una ilusió n”.
La realidad, es que la generació n de la é poca de Noé, no tenia una conciencia tan moralmente “de-evolucionada” como la que poseí a la generació n de Moisé s; por eso, los Noahidas no necesitaban que se les enumeraran todos los detalles de lo que implica “ocuparse con lo bueno”.
Pero los Israelitas del É xodo (que vivieron durante siglos esclavizados en la oscuridad moral de Egipto), sí lo necesitaban. ¿ Corrobora la Escritura Hebrea la idea de que Dios esperaba que Judí os y Gentiles tuvieran una misma regla de conducta? Dejemos que el texto mismo lo decida: «La misma Torah (Ley) sera para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros»- É xodo 12: 49.
God is a Just and merciful Judge
The God of Abraham is a Just and merciful Judge. Thus, He will only hold us accountable for the good [or bad] things we did with the small portion of Truth we knew about Him; Not for the portion of truth we never knew [let alone understood] about Him.
And the proof? King Abimelech, who did the best he could with the vague [and misleading] information he had about Sarah. Thus, God recognized that, although he had done wrong [by taking Sarah], Abimelech’s heart was pure. As is written: «Then God said to him (Abimelech) in the dream, “Yes, I know you did this in the integrity of your heart, for it was I Who kept you back and spared you from sinning against Me; therefore I did not give you occasion to touch her”»- Genesis 20: 6.
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