Главная | Обратная связь | Поможем написать вашу работу!
МегаЛекции

Otras falsificaciones del judaismo (diáspora)




No pocas de las falsificaciones literarias de los judí os se deben al es-
fuerzo de reincorporar una parte considerable de la filosofí a griega al
Pentateuco, que al parecer habí an robado los griegos. Para demostrar
esta atrevida imputació n los judí os falsificaron por ejemplo himnos ó rfi-
cos; introdujeron en las obras de Hesí odo y de otros é picos paganos tex-
tos procedentes del Antiguo Testamento; ¡ hicieron de Hornero un estric-
to defensor de los preceptos del Sabbat! Abraham apareció como padre
de la astronomí a. Moisé s se adelantó a Plató n, y segú n Clemente Ale-
jandrino incluso Milciades venció en la batalla de Marató n (490 a. C. )
con estrategia cristiana: el arte militar de Moisé s. San Justino, el princi-
pal apologista y gran enemigo de los judí os del siglo u, alardeaba: «Por
tanto no só lo enseñ amos lo que los demá s, sino que todos los otros dicen
lo nuestro», confesando con ello lo que combate, só lo que inviniendo la
dependencia. 101

¿ Qué tení an que ofrecer culturalmente los judí os frente a los griegos?
¿ Qué grandes filó sofos, literatos? ¿ El Antiguo Testamento? Tambié n el
mundo pagano respetaba textos sagrados, pero estimaba poco los libros
bí blicos. Lo esencial de ellos procedí a de otras religiones, los augurios de
los profetas eran ex eventu, las historias de milagros disparatadas, las ce-
remonias ridiculas; se odiaba el nacionalismo judí o. 102

Es cierto que las escuelas de rabinos obligaban a la estricta exactitud
en la transmisió n. «Imputar a cualquier doctor de la ley una palabra que
é l no hubiera dicho serí a sin má s ni má s un crimen» (Torm). Pero en la
literatura judí a de la misma é poca proliferó de forma considerable el
fenó meno de los seudó nimos, la misió n judí a muy expansiva en tiempos
de Jesú s disponí a de una enorme literatura propagandista, con falsifica-
ciones sin escrú pulos, hay un «florecimiento de la seudoepigrafí a judí a»
(Syme). 103

Precisamente durante la diá spora y a pesar del é xito de su proselitis-
mo, los judí os debieron sentirse inferiores a los griegos. E intentaron
subsanar esta carencia. Querí an valorizar su judaismo, su fe, la superiori-
dad de su religió n: demostrando su superioridad mediante escritos apa-
rentemente antiguos, haciendo que los profetas judí os fueran mucho má s
antiguos que los filó sofos paganos, como sus maestros. Sugiriendo ellos


mismos mediante Aristó teles simpatí as hacia el monoteí smo, mediante
Só focles y Eurí pides, que atacaban el politeí smo. O atribuyendo a Heca-
teo de Abdera, un contemporá neo de Alejandro Magno, una obra glori-
ficadora sobre Abraham. O haciendo pasar como del siglo i y del poeta
Foclides de Mileto, que vivió en el siglo vi, un poema didá ctico redacta-
do en 230 hexá metros, una popular filosofí a moral que une lo griego y
lo judí o, que une con la resurrecció n de la carne la continuació n y deifi-
cació n de las almas, esfuerzo de autoestima en un entorno superior, suti-
les campañ as propagandistas para el judaismo helenista bajo má scara
pagana. Y precisamente entre los cristianos estas falsificaciones tuvie-
ron mucho má s é xito que los apocalipsis seudoepigrá ficos y los libros
de los patriarcas. 104

Dentro de este contexto se encuentra la famosa carta judeoalejandri-
na de Aristeas, escrita para reconocimiento y enaltecimiento del Penta-
teuco de la Septuaginta, de la ley judí a y del judaismo; al parecer en el
siglo ni a. C., aunque probablemente en el u, si es que no en el i. El fun-
cionario de la corte Aristeo informa en ella, entre otras cosas, de la tra-
ducció n del Pentateuco judí o al griego a cargo de 72 hombres judí os
(6 de cada tribu) en la isla de Faros, en 72 dí as, para la biblioteca real de
Alejandrí a. El nú mero de traductores redondeado de 72 a 70 dio nombre
a la traducció n má s antigua e importante del Antiguo Testamento al grie-
go (la Versió n de los Setenta). Segú n la leyenda piadosa, cada uno de los
traductores trabajó por separado pero cada uno produjo, palabra por pala-
bra, el mismo texto, lo que creyeron todos los Padres de la Iglesia, inclu-
yendo a Agustí n. 105

Dentro de esta problemá tica se incluye el que los judí os se sirvieron
de las sibilas paganas escribiendo, lo mismo que má s tarde los cristianos,
vaticinios, profecí as, naturalmente bajo nombres no judí os y naturalmen-
te vaticinia ex eventu, pura mentira.

Las sibilas (cuyos propios nombres eran sibilinos y no está n explica-
dos hasta la fecha) eran profetisas paganas, al parecer del siglo vm a. C.
en el á mbito cultural griego, considerá ndose la má s importante Eritrea;

apenas menos conocida era la de Cumae, que alcanzarí a una edad de mil
añ os y que en los ú ltimos tiempos deambulaba por la gruta volcá nica,
sede de su orá culo, suspendida en el aire y emitiendo susurros. En cual-
quier caso, la literatura sibilina griega, un conjunto de cantos en hexá me-
tros y de contenido fatí dico, enlaza con estas profetisas divinamente ins-
piradas. El judaismo de la diá spora reanudó este gé nero literario en el si-
glo u a. C. y lo convirtió en un medio de misió n, en su instrumento
propagandí stico. Se falsificaban en los textos paganos ataques al paga-
nismo, sobre todo al politeí smo, y se enriquecí a a sí mismo con augu-
rios sobre Israel, sobre el pasado má s reciente y el presente. 106

Los «Orá culos sibilinos», 14 libros de profecí as de inspiració n divina,


cuyo origen se extiende desde el siglo u a. C. (tercer libro) a los siglos m
y iv d. C. (libros lia 14), se referí an tambié n a estas profetisas divinas de
la Antigü edad, a su autoridad sacralizada. Mediante un estilo arcaizante,
una fingida sencillez homé rica, mediante utilizació n de los orá culos pa-
ganos o apoyá ndose en autores paganos, conseguí an el aspecto de auten-
ticidad, la credibilidad de profecí as verdaderas. Debido a la similitud de
los vaticinios conminatorios sibilinos con los del Antiguo Testamento,
fascinaron al judaismo y los antiguos cristianos los consideraron tambié n
sin excepció n como auté nticos -aunque son en su totalidad falsificacio-
nes en parte judí as y en parte cristianas-, no un ardid literario, un recurso
estilista, como en la cuarta é gloga de Virgilio la transmisió n de orá cu-
los sibilinos a un niñ o romano o la profecí a de Milton al final de El paraí -
so perdido.

Los libros 1 a 5 los falsificaron judí os helenistas, aunque es verdad
que los cristianos los falsificaron aú n má s con sus numerosas introduc-
ciones. Los libros 6, 7 y 8 son puras falsificaciones cristianas de la se-
gunda mitad del siglo ü, entre otras con una cantata a Cristo y la crucifi-
xió n, muy celebrada. En los libros 11 a 14 es verdaderamente difí cil saber
quié n falsificó má s, si los judí os o los cristianos. Muchos guí as de estos
ú ltimos han considerado como autoridades estos embustes y los han apli-
cado en consecuencia: Hermas, Justino, Atená goras, Teó filo, Tertuliano,
Clemente Alejandrino, Eusebio, pero especialmente Lactancio (que cita
30 veces el octavo libro). Pero incluso un Padre de la Iglesia como Agus-
tí n fomentó el respeto hacia tales documentos falsos, en los que las sibi-
las, el prí ncipe persa Histapes, protector y primer seguidor de Zaratrusta,
é ste mismo, el fundador, intercesor y redentor religioso, Hermes Trime-
gisto y Orfeo, se convirtieron en heraldos de Cristo; de rechazo tambié n
de su nacimiento virginal y de la Virgen Teotokos. En ocasiones se com-
batió con ellos a los mismos paganos.

La influencia de esta sibilí stica judeocristiana fue grande y llega des-
de la Antigü edad hasta Dante, Calderó n, Giotto, Miguel Á ngel. 107

Desde el siglo n los apologistas cristianos adoptaron las sibilinas ju-
dí as, sobre todo para luchar contra la Roma hostil a los cristianos. Y lo
mismo que antañ o los judí os se unieran a la sibilí stica pagana, igual hi-
cieron los cristianos con la judí a. La asumieron, la elaboraron y la rein-
ventaron. 108

Поделиться:





Воспользуйтесь поиском по сайту:



©2015 - 2024 megalektsii.ru Все авторские права принадлежат авторам лекционных материалов. Обратная связь с нами...