But what about "an eye for an eye"? Isn't it backward?
But what about " an eye for an eye"? Isn't it backward?
Reformed Samaritanism teaches that there is indeed one true and verifiable religion.
And this religion doesn't relies upon miracles nor supernatural revelations, but rather upon the simple observation of God's Creation.
This self evident religion has been described by many names (" sowing and ripping", " cause and effect", " action and reaction", " eye for an eye", " what goes around, comes around", etc), but all these names point toward the same universal truth: " whatever is that you do unto others, that very thing will (sooner or later) be done unto you". If you steal from other people, other people will eventually steal from you; if you kill without having a just cause, someone else will eventually kill you, without having a just cause; if your lies hurt your neighbor, your neighbor's lies will eventually hurt you; if you oppress your fellow human being, you too will end up being oppressed by your fellow human being; if (as a child) you bring suffering upon your dad, your own child will one day bring suffering upon his Dad.
In short, we are given the same good (or evil) we have given. That’s why the Hebrew Bible summarizes this natural faith by enjoining us to do what is good, and forbidding us what is evil: “Turn thou away from evil, and do good (obey God's Ten commandments); and thou shalt live forever" (Psalm 37: 27, Wycliffe Bible).
La Escritura no apoya la doctrina de un pecado original!
Respecto al pecado original, la Torah (o Ley de Dios) muestra que, si el hombre muere, es porque fue inicialmente creado como un ser mortal. Es decir, la Torah intima que, al igual que sucede con la desnudez, la muerte se convirtió en un dilema para el hombre solo despué s que é ste abandonase su comunió n con el Creador.
Es que mientras el hombre tuvo acceso [o intimidad] tanto con Dios como con su á rbol de Vida, estos prevení an su temerosa conciencia de la muerte y la desnudez. De hecho, si el pecado de Adam hubiese conllevado la muerte fí sica, serí a imposible que la Escritura afirmase que, luego de su desobediencia, Adam podí a aú n vivir para siempre, si tan solo comí a del á rbol de la Vida. Como esta escrito: “Y dijo El Señ or: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome tambié n del á rbol de la vida, y coma, y viva para siempre ”- Gé nesis 3: 22.
La realidad es que la idea de un pecado original es ajena a la fe de las escrituras Hebreas. El profeta Miqueas (paz sea con é l) dijo lo siguiente: ¿ Con qué me presentaré ante Adonai, y adoraré al Dios Altí simo? ¿ Me presentaré ante É l con holocaustos, con becerros de un añ o? ¿ Se agradará Adonai el Señ or de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿ Daré mi primogé nito por mi rebelió n, el fruto de mis entrañ as por el pecado de mi alma? - Miqueas 6: 6-7.
Note como el profeta equipara a su niñ o con los becerros y carneros que se ofrecen en el Templo. ¿ Por que? Pues porque así como los becerros y carneros eran puros y aceptos al Creador, así el hombre, cuando es niñ o, tambié n es puro y acepto al Creador; Dios no le ve como un ser malo, pecaminoso e inmundo [pues si así fuera, no le serí a acepto].
El que el hombre nace sin pecado, es la razó n por la cual Dios muestra favor a los niñ os, cuando es citado diciendo las siguientes palabras: “Tuviste tú lá stima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció. ¿ Y no tendré yo piedad de Ní nive, aquella gran ciudad donde hay má s de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales? ”- Joná s 4: 10-11.
¿ Quienes eran estos Ninivitas que no sabí an distinguir entre su mano izquierda, su mano derecha, y muchos animales? ¡ Obviamente, los niñ os recié n nacidos! Y el que el hombre nazca limpio de pecado, fue tambié n enseñ ado por el Galileo, quien es citado diciendo que el reino de Dios pertenecí a a los niñ os. Es decir, a aquellos cuya alma es limpia; como esta escrito: “... Dejad a los niñ os venir a mí , y no se lo impidá is; porque de los tales es el reino de Dios ”- Marcos 10: 14.
De igual modo, el que el hombre era mortal (aú n antes de caer), fue tambié n enseñ ado por nuestro maestro Moisé s (paz y bendició n sean siempre sobre é l) cuando, previo a la desobediencia del hombre, cita al Creador diciendo a Adá n y Eva las siguientes palabras- “y dí joles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra. .. ”(Gé nesis 1: 28).
¿ Por que le ordena Dios a Adam y a Eva que se multipliquen? Pues porque, siendo mortales, necesitaban engendrar a la generació n que habrí a de reemplazarles [luego de su muerte]. Pero tenemos que recordar que [por definicion], aquellos que son inmortales no tienen necesidad de casarse (a fin de engendrar hijo alguno); pues jamá s necesitará n ser sustituidos por alguna otra persona.
Por eso, aú n los Escritos Cristianos citan al Nazareno (paz y bendició n sean siempre sobre é l) diciendo: “Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo, y la resurrecció n de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. porque no pueden ya mas morir. ... ”- Lucas 20: 34-36.
En otras palabras, Jesú s enseñ a que la inmortalidad releva al hombre de la necesidad de casarse y multiplicarse.
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