El «hecho mбs trascendente de la Edad Media»

Puesto que los dos hermanos de Pipino se habнan hecho tan inofensivos, el soberano de todos los francos quiso ceсir la corona. Pero le cerraban el camino tanto el derecho de nacimiento como el ъltimo rey me-rovingio Childerico III, el privilegio de la sangre real y de la ascendencia divina. El mayordomo carolingio necesitaba una justificaciуn a los ojos de sus subditos romano-catуlicos para derribarle y ocupar el trono. їY dуnde habrнa podido encontrarla mejor que en Roma, en el «portador de la suprema autoridad moral»? (Seppelt/Schwaiger).

Los «portadores de la suprema autoridad moral» siempre fueron muy sensibles a las victorias y a los vencedores. Curiosamente, en sus cartas a los soberanos francos se encuentran, desde Esteban II, junto a las seguridades del «por la gracia de Dios» («a Deo institutus»), que entonces empieza, y de su inspiraciуn divina («a Deo inspiratus»), las exaltaciones verbales de sus triunfos militares hasta el superlativo mбs monstruoso: de victor (vencedor) victorнosissimus y, algo mбs tarde, invictissimus; mбs aъn, el papa Adriano I lo deja todo en la sombra con la monstruosidad lingьнstica por йl acuсada: triumphatorissimus... ЎServil adulador! ¹³

Asн, el 751 Pipino enviу a Burchard, obispo de Wьrzburg, un anglosajуn, y al abad Pulrad de Saint-Denis, uno de los polнticos francos mбs destacados, para que preguntasen a san Zacarнas «quй cabнa pensar en el reino franco de los reyes que no tenнan ningъn poder regio: si eso era bueno o no (si benefuisset an non)». Con ello demostraba Pipino «su sagacidad polнtica» (Braunfeis). Y tambiйn el papa. Inmediatamente captу la situaciуn y declarу que «era mejor que llevase el nombre de rey aquel que tuviera el poder (qui potestatem haberet), y no quien no tenнa poder»... Fue el «hecho mбs trascendente de la Edad Media» (Gaspar).

El papa reconocнa como rey al usurpador que habнa quebrantado el juramento y que era el primero en autodesignarse certeramente como tal rey «por la gracia de Dios». Y en virtud de esa instrucciуn Pipino ya a finales de aquel mismo aсo fue elegido rey en una asamblea nacional «segъn la costumbre de los francos» (secundum moremfrancoruni). Una fuente algo posterior habla de una «autorizaciуn» y hasta de «un mandato del papa Zacarнas». Despuйs йste le hizo ungir solemnemente -segъn la coetбnea Crуnica carolingia por obispos francos, y segъn los Anales regios del tiempo de Carlos «el Grande» por el arzobispo Bonifacio-como primer rey franco. Es decir, que lo legitimу mediante un acto eclesiбstico de consagraciуn, que ciertamente no lo convertнa en un clйrigo, pero sн que lo elevaba por encima de los laicos.

En cambio de Chilperico III, el soberano legнtimo, al que Pipino (y Carlomбn) habнa establecido como rey el 743, despuйs de que Carlos Martell hubiese gobernado durante aсos sin rey, para poner un dique a las sublevaciones que estallaban por doquier, se dijo entonces «que habнa sido nombrado rey con falsнa» (Anuales regni Francorum y Chronicon Laurissense). Y, tonsurado, desapareciу en un monasterio como monje; segъn varias fuentes, en el monasterio de Sithiu (Saint-Bertin). A su hijo Teuderico, el ъltimo rey merovingio, tambiйn se le tonsurу al aсo siguiente y se le encerrу en el monasterio de Sainte-Wandrille.

Mбs tarde se exagerу la debilidad de los merovingios hasta la estupidez y la demencia para hacer mбs comprensible su eliminaciуn. «En virtud de la autoridad de san Pedro te ordeno que tonsures a йste y lo mandes al monasterio» (tonde hunc et destina in monasterium), le hace decir al papa una fuente algo posterior (Erchanberti breviarium). Es una frase espъrea; pero el papel de бrbitro de los papas, que ahн se inicia, se convirtiу en el modelo de consecuencias calamitosas para la historia de Europa. Pues la instrucciуn papal para elevar a Pipino a la categorнa de rey, muy pronto se interpretу como un «mandato», y a menudo sirviу de base para el derecho de los papas a disponer de las coronas reales. ¹⁴

Aquella exaltaciуn fue en muchos aspectos singular: ni en el reino franco se habнa hecho intervenir jamбs a un papa con funciones de arbitro en asuntos estatales, ni jamбs un rey de estirpe real habнa sido sustituido por un hombre de linaje no regio, ni jamбs se habнa hecho consagrar a un rey por la Iglesia. Acerca de esa concepciуn estatal del perнodo carolingio escribe Theodor Mayer: «Estб claro lo que ocurriу en el perнodo real de Pipino y de Carlos. Es la concepciуn de la realeza como un oficio, que no deriva de la descendencia divina del linaje regio ni de una realeza militar, sino que fue instituido por Dios y el papa lo confiere». ¹⁵

Fue a mбs tardar en la йpoca carolingia, cuando a la realeza se le dio un fundamento teocrбtico y el soberano se convirtiу en «rey por la gracia de Dios» (rex Dei gratia), que es una fуrmia de legitimaciуn mбs que de devociуn, cualquiera sea la designaciуn con que se conozca. «La revivida idea de " por la gracia de Dios" habнa elevado y santificado la dignidad real desde la unciуn de Pipino» (Tellenbach). Y desde los hijos de Pipino, que fueron Carlomбn y Carlos «el Grande», todos los reyes medievales llevaron el tнtulo de «gratia Dei rex (Francorum)», rey por la gracia de Dios.

Con ello al rey se le separaba tajantemente del pueblo, a cuya elecciуn debнa originariamente su posiciуn privilegiada, y se le ponнa cerca de Dios. Lo cual significa que, puesto que «Dios», bien entendido y en una visiуn polнtica, no es mбs que un sнmbolo para el alto clero y su necesidad de poder, en la medida en que se separa al rey del pueblo, se le vincula a la jerarquнa sacerdotal y se le pone a su servicio. Al rey se le convirtiу en уrgano de la misma, en un partнcipe de su ministerio, en su criatura, en una «persona ecclesiastica». Dios significу de facto la Iglesia, que poco a poco hacнa sentir su poder cada vez mбs, que incluso habнa adjudicado el oficio de rey, y que cuanto mбs se acentuaba el carбcter teocrбtico de la realeza tanto mayor era su influencia. Pero su colaboraciуn con el rey condujo a un debilitamiento cada vez mбs marcado del pueblo y hasta su impotencia total. Porque ya no era el pueblo el que habнa de controlar al rey, sino el alto clero. Conscientemente se alejу al rey del pueblo, presentбndolo como «majestas» muy por encima del pueblo llano. El pueblo dejу de ser sujeto de derechos; ya no tuvo mбs que deberes, absolutamente sometido al soberano, que ya no tenнa responsabilidad alguna frente al mismo. Eso es lo que pretendнan en cualquier caso los modelos elaborados por la jerarquнa eclesiбstica, aunque sуlo se impusieron en el curso de las dйcadas y de los siglos siguientes. ¹⁶

He aquн lo que escribe el historiador de Cambridge Walter Ullmann sobre esta idea de soberanнa en los ordines medievales de la coronaciуn, que siglo tras siglo ha marcado nuestra historia: «Que la separaciуn del rey del pueblo, es decir, del laicado, sуlo podнa ser bien recibida por el (alto) clero, se puede entender fбcilmente. Mediante el giro realizado por parte del rey hacia la idea teocrбtica se le brindaba por vez primera a la jerarquнa la posibilidad de intervenir en la esfera de la corona... El alejamiento del rey respecto del pueblo y su incorporaciуn al servicio eclesiбstico se acentuу al mбximo mediante la prometida corregencia del rey con Cristo en el cielo. La incorporaciуn del rey al servicio eclesiбstico tuvo como consecuencia el que ni en el plano jurнdico ni en ningъn otro estuviera ligado al pueblo; por el contrario, el pueblo no sуlo le estaba confiado -de ahн tambiйn la equiparaciуn del pueblo con un menor de edad-, sino que, como pretendнa hacer patente la coronaciуn, no tenнa derecho alguno a participar en el gobierno real y menos aъn -lo que fue la verdadera piedra de toque- oponerse de una manera legнtima al rey o de alzarse contra йl... Estб claro que de ello se derivaban grandes ventajas para el rey: quedaba libre de cualquier vinculaciуn al pueblo, y en este sentido tambiйn era soberano de hecho. El reverso, por lo demбs, fue la vinculaciуn pretendida al menos teуricamente del rey a la jerarquнa, la cual le habнa constituido efectivamente como rey». ¹⁷

El desarrollo ahн trazado se inicia ahora a mбs tardar.